Una villa en la montaña puede irse transformando en una ciudad, como tantas otras quiza, aumentando su poblacion, su ritmo, su tránsito.
Las ciudades crecen, se van desdibujando de su forma original, algunas conservan algo de su identidad otras se tornan irreconocibles. Los escenarios del juego cambian, como las reglas tambien, estas ya no son las mismas calles que has conocido alguna vez.
O simplemente el número y la accion humana desplegadas sobre un territorio..
Y la gente que simplemente habla. No deja nunca de hablar.
Cada mañana, con las noticias, con el prójimo, la rueda se renueva. Sigue girando. ¿ Cual es la novedad ?¿ Que dijo hoy el presidente ?..
A nadie le parece extraño que durante el curso de la historia la humanidad no haya dejado nunca de hablar. Y probablemente lo siga haciendo por los siglos de los siglos .
Pero en estos lugares maravillosos, lo que prima y debería seguier predominando, es un silencio casi sagrado , el de las altas cumbres, el de los bosques y los parajes sin fin. Donde las voces que se mas se oigan sean las del agua, el viento, los hielos y las aves del cielo.
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