Tuesday, January 16, 2007

EL AMIGO BENETTON



El grupo Benetton, a través de la The Argentine Southen Land Company Limited o Compañía Tierras del Sud Argentino es dueña del 9% de las mejores tierras de esta región. Tiene en su poder 900.000 hectáreas entre las provincias de Neuquén, Rio Negro, Santa Cruz y Chubut; un territorio similar en extensión a la provincia del Chaco; cuarenta veces más que la Capital Federal. Compraron, en resumidas cuentas, de una provincia particular. A uno de sus dueños, Carlo Benetton, le produce una "una hermosa sensación de libertad" cada vez que viene al país para supervisar personalmente el estado de sus campos y de algunas de las 290.000 ovejas que pastan allí. El grupo opera en 120 países con decenas de fábricas y 7000 tiendas. Las estancias que compraron en Argentina producen apenas el 10% de la lana que utilizan las 100 millones de prendas que la corporación produce al año. Sumando la totalidad de los negocios -desde la industria textil hasta la construcción de autopistas- la empresa mueve 2.000 millones de euros al año, una suma que parece alcanzar para comprar cualquier sensación. Durante años también compraron, tanto Benetton como los anteriores dueños de esa tierra, una sensación de impunidad sin precedentes.


Dicen que los Benetton ya pueden recorrer la Patagonia saltando de uno a otro de sus campos. Tal vez exageren porque sus superficies no son tan vastas. Pero con las dos nuevas compras, que terminaron de abrochar esta semana, completan casi 900.000 hectáreas y se han transformado en el mayor poseedor individual de campos en la Argentina. Como casi todos están en la Patagonia aún no se los considera los mayores terratenientes, un honor que le cabe a otro extranjero que se volvió famoso, el financista húngaro estadounidense George Soros.


Benetton adquirió la estancia Lai-Aike, de 61.250 hectáreas en la austral Santa Cruz. La estancia, repleta de ovejas merino, es vecina a otras dos propiedades del grupo, El Cóndor y Coronel. La operación se pactó en 800.000 dólares.



Benetton comenzó a negociar con los dueños de Lai-Aike el último marzo. Las cosas fueron más rápidas y fáciles con el campo de 2.800 hectáreas que también compraron en la riquísima Balcarce: pertenecía a la sociedad Cerro del Agua del matrimonio formado por Pedro Laulé y Cecilia Harguindeguy, hija de Albano, el ministro del Interior de Jorge Rafael Videla.

En sus campos de la Patagonia Benetton ya contabiliza 270.000 ovejas, una cantidad con la que desplaza del cetro a la familia Perez Companc, una de las más tradicionales en la producción de lana. S
on ovejas de la raza merino, que produce la lana más fina de todas. Así las cosas, Argentina se está transformando en uno de los pilares de la producción del grupo.

Pero Benetton no soporta que lo llamen “señor feudal” y “conquistador” por poseer casi un millón de hectáreas de tierras en la Patagonia, que siglos atrás pertenecían a los indios.
Y por eso tuvo el amable gesto de ofrecerles 2.500 hectáreas, para que allí los indígenas mapuches monten alguna empresa relacionada con la agricultura.
Aparte del detalle de que esas tierras eran ademas improductivas, el cacique mapuche Atilio Curiñanco anunció que su comunidad rechaza la oferta porque no se puede donar “lo que es nuestro”.

Curiñanco, su esposa, Rosa Nehuelquir, y los hijos habían ocupado en 2002 unas 500 hectáreas de los Benetton reivindicando el derecho al suelo pero terminaron desalojados a palos. La Justicia los absolvió del delito de usurpación que les achacaban los italianos.

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