Wednesday, January 16, 2008

EL PROBLEMA DE LAS TIERRAS


Historicamente y de hecho, la mayoria de las tierras de la Patagonia han sido habitadas y trabajadas por familias descendientes de antiguos pobladores, aborígenes e inmigrantes, familias que llegaron de un lado y del otro de la cordillera.

Los campos de la estepa patagonica, con toda su mistica, sus costumbres e historias, pero tambien sus adversidades - enormes distancias, inclemencias del tiempo, tierras difíciles para el cultivo - fueron poblados por gente que se fue arraigando, desde hace mas de cien años en muchos casos, junto con los pueblos preexisentes y sus descendientes.

De las tierras clasificadas, ordenadas y repartidas principalmente luego de la llamada "Campaña del desierto", aquellas que no fueron otorgadas a grandes terratenientes o privados, el Estado Nacional las denomino como fiscales y algunas fueron el escenario y el lugar para cientos de familias, muchas de ellas, desplazadas por la misma "campaña".

Ya fueran descendientes de mapuches o de colonos, sus destinos se han ido mezclando y afianzado en condiciones de vida simples, muchas veces precarias aunque dignas. Han vivido y viven, verdaderamente "haciendo patria". Poblando el sur, criando sus ganados y comerciando la lana.

Pero han sido sin embargo olvidados, relegados por los gobiernos, y seguramente no protegidos por ningun plan de gobierno o ley de "libre comercio".
En la estepa patagonica, para los pobladores - exepto para los contados casos de estancia de Benetton o algun otro megaemprendimiento- no hay ningún "boom" de la soja ni nada que se le parezca. En general la gente vive de la cria y venta de ganado y sus derivados y lo ha hecho asi durante generaciones.
Estos pobladores, pese a las dificultades , los avatares del clima y de la economia, han defendido y mantenido su trabajo, sus tierras y una identidad incontestablemente autóctona .

Ahora bien, a la gran mayoria de estas familias, el estado argentino nunca le dio titularidad de estas tierras, sino permisos precarios de pastaje, otorgados sobre terrenos fiscales, para la crianza de ganado y el desarrollo de sus actividades.
La lucha por la obtención de títulos de estas tierras viene desde hace muchos años atrás , aunque sin resultados. Muchas de las familias de crianceros que sobreviven sin auxilio técnico, social y financiero deben sufrir la indiferencia a sus reclamos.

Gestiones interminables, silencio, postergaciones, promesas y "cajoneos", parecen formar parte de un plan destinado a disuadir a cada familia de permancer en su lugar y llevarlos a una situación donde, tentados por alguna oferta , forzados por la situación, cuando no traicionados unilateralmente por alguno de sus propios familiares, abandonan el campo o lo entregan por poco valor – tal como está ocurriendo- en manos de "nuevos dueños" que cuentan con el dinero, el asesoramiento, y el "visto bueno" o la complicidad de algun funcionario de turno.

En los ultimos tiempos, los nuevos panoramas de inversiones para emprendimientos turisticos con capitales nacinales y extranjeros, ha vuelto a poner sobre el tapete el problema de la titularidad de las tierras, porque el negocio inmobiliario del momento, permite la compra o cesion de los derechos que han obtenido estas familias mediante su esfuerzo, su trabajo y su sangre, para otorgarlos a terceros, por sumas relativamente bajas, logrando estos ultimos la titularidad definitiva.

Las operaciones cuentan casi siempre con el respaldo de poderosos estudios de abogados o de agentes inmobiliarios, que a veces trabajan directamente para los interesados. Tales han sido la manera de realizar las compras en los conocidos casos de Benneton, Lewis, etc.

Sus agentes locales, continuan un trabajo de persuasión, muchas veces en tierras aledañas a lo ya adquirido, encargándose de visitar y tentar, en un paciente trabajo de hormiga, a los pobladores que aun permanecen alli, para comprar por sumas mucho mas bajas y en condiciones casi siempre turbias -la mayoria son campos son sucesiones abiertas que legalmente no podrian ser vendidos- las tierras que van anexando a sus ya grandes extensiones, para realizar nuevos negocios inmobiliarios millonarios.

Para aquellos que vienen con plata, las cosas no son dificiles. En el caso de Lewis, conocido propietario del paraje Lago Escondido, en la zonas aledanas de el Manso y parte de Mallin ahogado con las que limita, su política es ir adquiriendo campo por campo, mediante este metodo de persuasión, a familias o propietarios que solo buscan una "salvacion" rapida, o se ven tentados de cambiar su suerte.

Las historias se repiten, con variaciones que confirman una regla general: Alguno de los herederos a los que les corresponden esas tierras sin titulo, es persuadido, pasando por sobre el resto de sus familiares vende como sea y contribuye al negocio inmobiliario de los Van Ditmar, Martinez Perez, y otros. Familias enteras quedan asi sin los campos que solian usar y les son arrebatados tierras en acciones unilaterales.

Las "ventas" se suelen realizar con el acuerdo o la connivencia de algun funcionario, que luego facilita la obtencion del titulo. Las familias se ven obligadas a irse del lugar que mantuvieron durante años, para dedicarse a otras actividades, muchas veces malogrando el dinero obtenido, perdiendo lo que tenian , quebrandose las familias y fomentandose el desarraigo.

Sin embargo, las cosas a veces no salen tan faciles, y asesorados legalmente, algunos de estos pobladores no estan dispuestos a ceder su tierra o abandonarla, y continuan luchando por sus derechos .

Muchos de los pobladores de la patagonia, se han organizado para resistir y recuperar las tierras que aseguran, historicamente, les pertenecen.Sobre todo, en las comunidades mapuche, son conocidas las tomas realizadas por las comunidades de Santa Rosa de Leleque - frente a la estancia de Benetton, o mas reciente en Villa Tacul en Bariloche.

Pero se van dando muchos otros casos, donde los involucrados no son comunidades sino familias, que abogan y luchan por las defensas de sus tierras.

(continua).

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