NAHUELPAN

A pocos kilometros de Esquel, una comunidad mapuche.

Llegue un par de horas antes que el Viejo Expreso Patagonico - un tren a vapor de trocha angosta, utilizado ahora como paseo turistico- arribara a la estacion.

El paisaje a la entrada era fabuloso, una estepa verde, con montañas nevadas recortadas al fondo y espejos de agua donde el sol se quebraba en diez mil reflejos. Algunos animales bebian tranquilos.

Saliendo de la ruta, despues de un breve camino de ripio, se llega al lugar. Un grupo de cabañas de adobe y quebracho se alinean a la estacion de via angosta del tren, desafiando a un viento fuertisimo. Desde hace ya quiza 70 años, se constuyeron esas casas con los durmientes de quebracho de las vias, el ferrocarril de los ingleses. Hoy las habitan familias que siguen estando ahi.

Hay un museo de su pasada cultura que administran ellos con fotos y objetos. Una escuela, otras casas o ranchos mas , algunos animales, corrales . Son gente humilde que ha vivido ahi desde siempre.

Todo estaba cerrado, como aguantando el embate de un viento que no dejaba de soplar. Pero ahi cantaba una cancion diferente. No hay viento o aire asi en otro lugar que empujara de esa forma. Senti plenos los pulmones .

Antes de llegar el tren, el lugar tenia ese caracter unico, algun pibe que salia de la casa a correr un perro o algun poblador se bajaba de su caballo y camina bajo el viento, en un ritual misitico, entre el campo y el hombre. La naturaleza mandaba.

Diez minutos antes.. De repente todo se activa- ahi viene el tren .

Algunos artesanos y camionetas tambien llegan, la gente bajo, salio de todos lados, gringos, turistas, camaras, niños, las chicas posan junto a la vieja locomotora.

Ellos sacan sus mesitas y venden lo que pueden: Recuerdos, tortafritas, piedras, adornos.
El viento no dejaba de soplar

Apenas hable con algunos . Me fui sin esperar ver cumplida toda la ceremonia turistica del tren. Volvere para ver su "Camaruco"